En la actualidad el mundo parece regirse por valores superficiales y apariencias. Considerarse el centro del mundo, sentirse más importantes que los demás, pensar constantemente en sí mimo y pensar que nuestras opiniones están por encima de las ajenas está de moda. Todo lo queremos ya, me gusta algo, lo quiero ya, ahora mismo. Esto no nos permite obtener recursos para hacer frente a los desafíos de la vida, vivimos en continuo estrés cuando no obtenemos lo que queremos en el momento. Por ello, lanzo una pegunta al aire para que reflexionemos: ¿De verdad queremos un mundo en el que el individuo interponga sus propios intereses antes que los de los demás? ¿Devorar para sobrevivir?